Carlos de la Fuente Soladana, Premio Nacional de Voluntariado y conocido como ‘el Samaritano’ o ‘hermano Carlos’, ha fallecido este sábado en Valladolid, tras casi 60 años comprometido con los más desfavorecidos

Su compromiso con los más desfavorecidos ha sido inquebrantable desde que en 1965 comenzó su labor solidaria. Carlos de la Fuente Soladana ha fallecido este sábado a los 82 años de edad y deja un vacío «importantísimo» entre aquellos que colaboraron con él o recibieron su ayuda en algún momento.

Viudo y padre de dos hijos, Carlos y María del Pino, “El Samaritano” era maestro nacional de formación y trabajó en la empresa vallisoletana FASA Renault en el departamento de transportes, siniestros y urgencias. Esa experiencia en logística fue la que aplicó en su empeño por mejorar la vida de los más necesitados. Aquí y en el resto del mundo, porque este «coordinador del bien» movía la solidaridad allá donde hiciera falta. Siempre atento, siempre alerta a los que podían solicitar su ayuda a través de su blog “DiseloaCarlos.org” o de otras entidades que recurrían a él con urgencia conociendo su gran efectividad e implicación absoluta.

Siempre de forma independiente, creó una red de solidaridad tanto en España como en el resto del mundo (principalmente en Perú, Chile, Bolivia, Marruecos, Sáhara, Ghana, Senegal, Sierra Leona, Angola y Mozambique). Así, se dedicó a intermediar entre particulares, empresas y comunidades religiosas para dar cobertura a las necesidades básicas (sobre todo alimentos, ropa y menaje) de aquellos que no las tenían cubiertas.

Lo confirma su amigo y compañero en la tarea Enrique Espinel. «Lo mismo era capaz de llevar a Ecuador doscientas bicis del depósito de la Policía que ya no tenían dueño, que transportaba en un contenedor a Angola el material de un quirófano que ya se había retirado de un centro hospitalario de Valladolid», recuerda su colaborador.

En la pandemia se jugó el tipo con los suyos para repartir más de cien mil comidas preparadas en espacios críticos a los que nadie accedía. Primero, lo gestionaba con las empresas de ‘catering’ que colaboraban con su labor y luego lo trasladaba allá donde sobrevivían los más olvidados.

Su prolongada dedicación a las actividades benéficas, con esa «furgona» que él conducía y en la que ha repartido toneladas de bondad, le llevaron a ser reconocido con los premios nacional y local del voluntariado, y fue también finalista en los premios Iberdrola de solidaridad y Princesa de Asturias de la Concordia, entre otros galardones, a los que daba la importancia justa, porque tenía claro que había que seguir trabajando siempre, sin descanso.

También el Banco de Alimentos de Valladolid le concedió hace ahora 1 año el Premio “Plato solidario 2023” en la modalidad de Persona Solidaria, por tratarse de una grandísima persona que entregó su vida  a los demás, haciendo que pareciera fácil lo más difícil.

Más de medio siglo ha dedicado a esa especie de oenegé unipersonal en la que «confiaban todos»: las cientos de empresas que le respaldaban y las entidades que recibían esa ayuda, entre ellas muchas congregaciones religiosas. «Es mi pasión desde que empecé en 1965, es mi única ocupación y el motor de mi vida», explicaba emocionado en una entrevista publicada por El Norte de Castilla en 2014. «Yo nunca pido. No soy un mendicante. Llamo, me acerco, saludo… Me entero de los que necesitan algo y de lo que pueden hacer mis amigos para cubrir esas necesidades», relataba en el mismo reportaje.

Hasta el último momento ha estado al pie del cañón, por eso sus amigos, que son muchos e incondicionales, saben que no es necesario hacerle un gran memorial ni un homenaje, porque todos los que han tenido el privilegio de conocerle lo llevarán siempre en lo más profundo de su corazón.

El alcalde de Valladolid, Jesús julio Carnero, se ha mostrado entristecido, en su cuenta en X, por la marcha de Carlos de la Fuente, el «hermano», el «samaritano». «Un orgullo conocer a quien ha hecho tanto bien con su entrega a los demás desde Valladolid. Gracias por todo, Carlos. D.E.P. amigo!», ha escrito.

El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, también ha recurrido a la red social para dar el pésame: «Adiós a Carlos de la Fuente, el Samaritano. De él aprendimos que la acción decidida de cada uno de nosotros puede ayudar a hacer un mundo mejor. Desde hoy hay una estrella más en el cielo. D.E.P.».

Podríamos estar muchas horas hablando de Carlos, pero os animamos a visitar la página web “DiseloaCarlos.org” para que podáis ver sus más variopintas actividades, buscando siempre la ayuda a los demás.

Tus amigos del Banco de Alimentos de Valladolid estamos seguros de que Descansas en Paz,  Carlos Gran Samaritano.

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